viernes, 28 de diciembre de 2012

Capítulo 2


DENTRO DE EL CUERPO
Antes había alguien en la habitación, ahora no. Antes alguien me hablaba, ahora, no, estaba totalmente sola. Abrí los ojos. ¿Dónde estaba? En un hospital, eso seguro, pero, no tenía ni idea de que hospital era ese. Intente levantarme, pero me mareaba demasiado. Al cabo de un rato me dormí, pero me desperté muy rápido.
-¿Emily? Hola, soy una de las enfermeras, ¿sabes quién eres?
-Sí, claro que se quién soy. Lo que no se es dónde estoy.
-Estás en un hospital, en tu instituto han llamado, y te han traído aquí. En 2 horas más o menos te darán el alta.
-De acuerdo. Gracias. Por cierto, ¿Ha venido alguien?
-Sí, ha venido un chico, pero se ha marchado. Ahora me tengo que ir, tú descansa.
Me volví a estirar, esa chica parecía simpática. Cogí el móvil que estaba en una mesita, y lo encendí. Vi que tenía 5 llamadas perdidas de mi madre, normal, era tarde y aún no estaba en casa. La llamé
*Conversación*
-Em, ¿estás bien?
-Si mamá, estoy en el hospital, porque me he desmayado en el instituto, en 2 horas me darán el alta.
-¿En el hospital? ¿Y por qué no me han avisado? Bueno, en 3 horas te quiero en casa, y si no te ves con fuerzas, dímelo, y te vengo a buscar. Besos cielo.
-Besos mamá.
*Fin de la conversación*
Me levanté, abrí un armario que había, y cogí mi ropa, ya que me habían puesto la típica bata que se pone en los hospitales. Me cambié, y me puse la ropa que llevaba. Justo en ese momento entró la enfermera.
-Emily, ya puedes marcharte.
-Muchas gracias.
Cogí la mochila, y salí. ¿Dónde estaba? No tenía ni idea de que barrio era ese. Miré hacia ambos lados, y sólo veía gente callejera. De golpe noté como alguien me cogía de la cadera.
-Hola guapa.-Me dijo un tipo que parecía ir un poco borracho.-Ven, que te enseño una cosa.
-Eh, no gracias- contesté yo intentando que dejase de cogerme.- Ya me iba para casa.
-No, ven, que tengo unos amigos ahí.-Me empezó a arrastrar.
-¡DEJEME! ¡DEJEME EN PAZ, QUIERO IRME A MI CASA!
-Tranquila, no te vamos a hacer nada, solo queremos pasar un rato contigo.
Paré de moverme, estaba segura que no podría dejarme ir. Al final me hicieron entrar en un local lleno de humo, olía a tabaco. Me sentaron en una silla, y todos los que había me empezaron a hablar.
-Hola guapa- Me dijo un chico, parecía de mi edad, unos 18 años.- ¿Quieres?- Me dijo acercándome una botella de cerveza.
-No, no gracias. No bebo.- Le contesté educadamente.
-Venga va, un trago, no te pasará nada.
-No, igualmente no quiero.
-Y bueno, ¿cómo has llegado a éste barrio? Pareces de clase alta.
-Sí, la verdad es que lo soy. He llegado aquí, porqué cuando salía del hospital, uno que hay aquí al lado, ese hombre,- Dije señalando al hombre que me había llevado hasta ahí.- Me ha cogido y me ha arrastrado hasta aquí.
-Siento que te haya arrastrado, pero esque aquí no hay demasiadas chicas, solo dos, Alexandra, esa chica de pelo corto, y Bryanna, aquella alta de ahí. Y por eso te ha traído, para que hubiera más chicas.- Me dijo. Parecía más centrado que todos los que había por ahí.
-Ah. ¿Cuántos años tienes? Pareces de mi edad.
-Tengo 19, ¿tú?
-Yo 18, uno menos- Dije riendo. Era muy majo.
-Ahora que lo pienso, estamos hablando y no sé ni cómo te llamas.
-Emily, me llamo Emily, pero llámame Em.
-Em, que bonito. Yo me llamo Coddy.
-Habló, Coddy también es muy bonito, me gusta.
Estuvimos hablando un buen rato. Me caía muy bien, pero no hasta al punto de gustarme. Al cabo de un rato decidí irme, en media hora tenía que estar en casa, y no sabía cómo volver, así que le dije a Coddy si me podía acompañar ya que él sabía llegar a casi todos los barrios. Empezamos a caminar, tenía mucho sueño, y el camino se me estaba haciendo muy largo. Le pregunté a Coddy cuanto faltaba para llegar, y me dijo que menos de 5 minutos. Una vez en el jardín, Coddy se quedó boquiabierto.
-¿Esta es tu casa? Dios, es enorme, ¿no te pierdes?-Dijo asombrado.
-No, no me pierdo. Algún día, si quieres, puedes venir.- Le contesté yo, mientras me reía por debajo de la nariz.
-Vale, pues, bueno, nos vemos mañana- Me dijo dándome dos besos. Ahora que me fijaba, tenía unos ojos verdes muy bonitos.
-Hasta mañana.
DETRÁS DE ESOS OJOS VERDES
Em era perfecta, esa melena rubia, esos ojos azules, esa cara tan fina, era hermosa. No Coddy, no te enamores, no. Puede que a ella no le gustes, es lo más posible, así que no, no te enamores de ella. Volví a casa, cuando entré me vino Ben, el chico que había arrastrado a Em hasta aquí.
-Hey Cod, ¿Cómo ha ido la cita?- Me dijo Ben con cara de pervertido
-No era una cita, solo la he acompañado a casa porque no sabía llegar. No te inventes cosas.-Le contesté un poco enfadado.
-Perdón, perdón, no quería ofenderte.-Me dijo. Esta vez, ponía cara de disculpa
-No pasa nada.
Entré en m habitación, tenía sueño, no me aguantaba. Me tiré a la cama, y el sueño me venció y me dormí.
EN UNA MANSIÓN
-Hola mamá, ya he llegado.-Dije dirigiéndome al salón.
-Hola hija, ¿Cómo estas? ¿Qué te pasó?-Me preguntó. Parecía preocupada.
-Bien, estoy bien, y nada, estábamos en clase y la directora nos dijo que la profesora de mates tenía cáncer de pulmón, entonces, todo el mundo se puso a llorar, y yo, me empecé a marear y me levanté. Entonces, caí, y me golpeé la cabeza contra la silla. Eso es todo.-Le expliqué careciendo de ganas.
-Y ahora ya estás bien, ¿no?
-Sí mamá, lo estoy.
Subí las largas escaleras y llegué a mi habitación. Me tiré encima de la cama y cogí mi portátil. Abrí twitter, tenía un mensaje directo de Sam. Decía esto:
“Em, ¿estás bien?  Hoy, no has podido venir a casa, así que si quieres, ven mañana, Kate vendrá. Besos, te quiero <3”
Le contesté diciendo que si, que mañana iría. Cogí el IPod y me puse a escuchar  Love Story de Taylor Swift. Pasaron 2 minutos y me dormí.
Me desperté con un bote cuando sonó mi móvil. Miré pensando que erala alarma, pero no, era una llamada, como era un número oculto, no lo cogí. Miré la hora, las 6:30 de la mañana. Como tenía que ir al instituto, decidí levantarme, y así tendría más tiempo. Me levanté y fui directa al armario, lo abrí y cogí una falda y una camiseta de tirantes. Lo dejé encima la cama, y me fui a duchar. Entré en el baño, y puse la radio. Entré en la ducha y abrí el agua, me puse debajo, y decidí que esa sería una de las duchas típicas para pensar. Pensé en Coddy, en el instituto, en la profesora Lucy, y bueno, un poco en todo. Pasaron 20 minutos, i decidí salir de la ducha. Me enrollé en la toalla y me fui a la habitación a vestirme. Una vez vestida bajé al comedor, dónde estaba mi madre.
-Buenos días Em.
-Buenos días mami.-Le di dos besos.-Hoy si que voy a casa de Sam, ¿vale?
-Vale, espero que sea verdad, y no me vuelvas a llamar diciéndome que estás en el hospital.-Dijo riendo.
-Ja, ja, ja, no, tranquila que no pasará.-Conteste yo, soltando una carcajada.

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