DENTRO DE EL CUERPO
Antes había alguien en la habitación,
ahora no. Antes alguien me hablaba, ahora, no, estaba totalmente sola. Abrí los
ojos. ¿Dónde estaba? En un hospital, eso seguro, pero, no tenía ni idea de que
hospital era ese. Intente levantarme, pero me mareaba demasiado. Al cabo de un
rato me dormí, pero me desperté muy rápido.
-¿Emily? Hola, soy una de las
enfermeras, ¿sabes quién eres?
-Sí, claro que se quién soy. Lo que no
se es dónde estoy.
-Estás en un hospital, en tu instituto
han llamado, y te han traído aquí. En 2 horas más o menos te darán el alta.
-De acuerdo. Gracias. Por cierto, ¿Ha
venido alguien?
-Sí, ha venido un chico, pero se ha
marchado. Ahora me tengo que ir, tú descansa.
Me volví a estirar, esa chica parecía
simpática. Cogí el móvil que estaba en una mesita, y lo encendí. Vi que tenía 5
llamadas perdidas de mi madre, normal, era tarde y aún no estaba en casa. La
llamé
*Conversación*
-Em, ¿estás bien?
-Si mamá, estoy en el hospital, porque
me he desmayado en el instituto, en 2 horas me darán el alta.
-¿En el hospital? ¿Y por qué no me han
avisado? Bueno, en 3 horas te quiero en casa, y si no te ves con fuerzas,
dímelo, y te vengo a buscar. Besos cielo.
-Besos mamá.
*Fin de la conversación*
Me levanté, abrí un armario que había, y
cogí mi ropa, ya que me habían puesto la típica bata que se pone en los
hospitales. Me cambié, y me puse la ropa que llevaba. Justo en ese momento
entró la enfermera.
-Emily, ya puedes marcharte.
-Muchas gracias.
Cogí la mochila, y salí. ¿Dónde estaba?
No tenía ni idea de que barrio era ese. Miré hacia ambos lados, y sólo veía
gente callejera. De golpe noté como alguien me cogía de la cadera.
-Hola guapa.-Me dijo un tipo que parecía
ir un poco borracho.-Ven, que te enseño una cosa.
-Eh, no gracias- contesté yo intentando
que dejase de cogerme.- Ya me iba para casa.
-No, ven, que tengo unos amigos ahí.-Me
empezó a arrastrar.
-¡DEJEME! ¡DEJEME EN PAZ, QUIERO IRME A
MI CASA!
-Tranquila, no te vamos a hacer nada,
solo queremos pasar un rato contigo.
Paré de moverme, estaba segura que no
podría dejarme ir. Al final me hicieron entrar en un local lleno de humo, olía
a tabaco. Me sentaron en una silla, y todos los que había me empezaron a
hablar.
-Hola guapa- Me dijo un chico, parecía
de mi edad, unos 18 años.- ¿Quieres?- Me dijo acercándome una botella de
cerveza.
-No, no gracias. No bebo.- Le contesté
educadamente.
-Venga va, un trago, no te pasará nada.
-No, igualmente no quiero.
-Y bueno, ¿cómo has llegado a éste
barrio? Pareces de clase alta.
-Sí, la verdad es que lo soy. He llegado
aquí, porqué cuando salía del hospital, uno que hay aquí al lado, ese hombre,-
Dije señalando al hombre que me había llevado hasta ahí.- Me ha cogido y me ha
arrastrado hasta aquí.
-Siento que te haya arrastrado, pero
esque aquí no hay demasiadas chicas, solo dos, Alexandra, esa chica de pelo
corto, y Bryanna, aquella alta de ahí. Y por eso te ha traído, para que hubiera
más chicas.- Me dijo. Parecía más centrado que todos los que había por ahí.
-Ah. ¿Cuántos años tienes? Pareces de mi
edad.
-Tengo 19, ¿tú?
-Yo 18, uno menos- Dije riendo. Era muy
majo.
-Ahora que lo pienso, estamos hablando y
no sé ni cómo te llamas.
-Emily, me llamo Emily, pero llámame Em.
-Em, que bonito. Yo me llamo Coddy.
-Habló, Coddy también es muy bonito, me
gusta.
Estuvimos hablando un buen rato. Me caía
muy bien, pero no hasta al punto de gustarme. Al cabo de un rato decidí irme,
en media hora tenía que estar en casa, y no sabía cómo volver, así que le dije
a Coddy si me podía acompañar ya que él sabía llegar a casi todos los barrios. Empezamos
a caminar, tenía mucho sueño, y el camino se me estaba haciendo muy largo. Le
pregunté a Coddy cuanto faltaba para llegar, y me dijo que menos de 5 minutos.
Una vez en el jardín, Coddy se quedó boquiabierto.
-¿Esta es tu casa? Dios, es enorme, ¿no
te pierdes?-Dijo asombrado.
-No, no me pierdo. Algún día, si
quieres, puedes venir.- Le contesté yo, mientras me reía por debajo de la
nariz.
-Vale, pues, bueno, nos vemos mañana- Me
dijo dándome dos besos. Ahora que me fijaba, tenía unos ojos verdes muy
bonitos.
-Hasta mañana.
DETRÁS DE ESOS OJOS
VERDES
Em era perfecta, esa melena rubia, esos
ojos azules, esa cara tan fina, era hermosa. No Coddy, no te enamores, no.
Puede que a ella no le gustes, es lo más posible, así que no, no te enamores de
ella. Volví a casa, cuando entré me vino Ben, el chico que había arrastrado a
Em hasta aquí.
-Hey Cod, ¿Cómo ha ido la cita?- Me dijo
Ben con cara de pervertido
-No era una cita, solo la he acompañado
a casa porque no sabía llegar. No te inventes cosas.-Le contesté un poco
enfadado.
-Perdón, perdón, no quería ofenderte.-Me
dijo. Esta vez, ponía cara de disculpa
-No pasa nada.
Entré en m
habitación, tenía sueño, no me aguantaba. Me tiré a la cama, y el sueño me
venció y me dormí.
EN UNA MANSIÓN
-Hola mamá, ya he
llegado.-Dije dirigiéndome al salón.
-Hola hija, ¿Cómo
estas? ¿Qué te pasó?-Me preguntó. Parecía preocupada.
-Bien, estoy bien,
y nada, estábamos en clase y la directora nos dijo que la profesora de mates
tenía cáncer de pulmón, entonces, todo el mundo se puso a llorar, y yo, me
empecé a marear y me levanté. Entonces, caí, y me golpeé la cabeza contra la
silla. Eso es todo.-Le expliqué careciendo de ganas.
-Y ahora ya estás
bien, ¿no?
-Sí mamá, lo estoy.
Subí las largas
escaleras y llegué a mi habitación. Me tiré encima de la cama y cogí mi portátil.
Abrí twitter, tenía un mensaje directo de Sam. Decía esto:
“Em, ¿estás bien? Hoy, no has podido venir a casa, así que si
quieres, ven mañana, Kate vendrá. Besos, te quiero <3”
Le contesté
diciendo que si, que mañana iría. Cogí el IPod y me puse a escuchar Love Story de Taylor Swift. Pasaron 2 minutos
y me dormí.
Me desperté con un
bote cuando sonó mi móvil. Miré pensando que erala alarma, pero no, era una
llamada, como era un número oculto, no lo cogí. Miré la hora, las 6:30 de la
mañana. Como tenía que ir al instituto, decidí levantarme, y así tendría más
tiempo. Me levanté y fui directa al armario, lo abrí y cogí una falda y una
camiseta de tirantes. Lo dejé encima la cama, y me fui a duchar. Entré en el
baño, y puse la radio. Entré en la ducha y abrí el agua, me puse debajo, y
decidí que esa sería una de las duchas típicas para pensar. Pensé en Coddy, en
el instituto, en la profesora Lucy, y bueno, un poco en todo. Pasaron 20 minutos,
i decidí salir de la ducha. Me enrollé en la toalla y me fui a la habitación a vestirme.
Una vez vestida bajé al comedor, dónde estaba mi madre.
-Buenos días Em.
-Buenos días
mami.-Le di dos besos.-Hoy si que voy a casa de Sam, ¿vale?
-Vale, espero que
sea verdad, y no me vuelvas a llamar diciéndome que estás en el hospital.-Dijo
riendo.
-Ja, ja, ja, no,
tranquila que no pasará.-Conteste yo, soltando una carcajada.
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